Aprendí que la moneda tiene dos caras,
por un lado conocí la bondad humana, y la rabia por perder al ser que amas,
y la ira más mundana que reside en cualquier forma.
El poder del alma,
el respeto por la vida, por las cosas más sencillas;
el entorno y la familia,
el ocaso y la belleza de la luna.
Todo somos hijos de la gran oscuridad, notas del universo en partituras temporal,
los actos prevaleceran tras la guerra a veces necesaria.
Rebelión, suenan los tambores, agnición;
rompe las cadenas de la sumisión,
hazle caso a tu intuición.